lunes, 28 de julio de 2008

300 billones de zimbabwean dollars...

Esto es lo que cuesta el pan en Zimbabwe, bueno, al menos ese era su precio hace una semana porque aquí los precios cambian cada ocho horas. El panorama de Zimbabwe es desolador. La verdad es que da mucha pena. Con una inflación de 1.000.000% y sin absolutamente nada de nada (supermercados vacíos en los que una lata de atún cuesta 5 euros, gasolineras cerradas porque no tienen combustible...) la gente sobrevive como puede.

Victoria Falls se ha convertido en un pueblo fantasma, en el que la mayoría de tiendas, restaurantes y agencias de viajes están cerradas. Dando una vuelta por el pueblo te haces una idea de lo que fue y en lo que se ha convertido.

Están desesperados. Te piden lo que tengas, que si un boli, cambiarte dinero, calcetines, lo que sea y te mueres de la pena. Lo del dinero es increible. No te haces a la idea hasta que estás allí. A pesar de que habíamos oído hablar del tema no te puedes imaginar que sea tan caótico...Menos mal que llevábamos unos rand de Sudáfrica. Entre eso, euros que llevábamos y algún que otro dólar tiramos palante en un país en el que nadie acepta el pago con tarjeta de crédito (no acabo de entender muy bien porqué ya que allí estaban todas las maquinitas de pago con tarjeta pero absolutamente nadie la quería utilizar). Si sacas dinero en un cajero te hacen cambio oficial que nada tiene que ver con la realidad y además ese dinero va perdiendo valor cada minuto. De verdad que no sé cómo se las arreglan para sobrevivir.

Hicimos la visita obligada a las "Falls" y son impresionantes. No sabía yo que eran tan tan grandes. Da un vértigo!!! Tomamos una cervecita en los jardines del Victoria Falls Hotel (Angie, Fausto y Antonio, gracias por la recomendación, el sitio es precioso). Y el resto de los días los dedicamos a descansar y a charlar con los "lugareños"...

Dada la delicada situación del país, el 90% de los turistas prefiere visitar las cataratas desde Zambia lo que convierte a Victoria Falls en un lugar super tranquilo ideal para descansar y relajarte (Eso si consigues abstraerte del caos que vive el país, que no es fácil. Yo no fui capaz).

Mojándonos en las Falls...

viernes, 25 de julio de 2008

Nos visita Juan!!!

Ensayando saltos. Mirad como salta Juan!!!
Con Tamara y Ken en un Thai
La botica del curandero
A que se parece a Tony Anikpe?
Avestruces autoestopistas
En la playa
Como para darse un bañito..
En la guarde de Langa
Hola Bloggers!!!
El tema de las comunicaciones en Africa se esta complicando mas de lo esperado. Así que no podemos escribir con la frecuencia que nos gustaría. Pauli, recibiste mi felicitación? Felicidades de nuevo!!! Papa, a ti también!!! Espero llamarte el domingo pero en Africa nunca se sabe!!! Y a las Anas tambien, feliz santo!!! Y a las Martas de paso tambien!!! Ufff, se me estaba acumulando la faena!!! Que estrés!!!
Continuamos con nuestro viaje por la "Denia africana" con la visita de Juan. Qué bien!!! Qué ilusión!!! No nos veíamos desde diciembre!!! A Juan lo recogió Tamara en el aeropuerto (que es una amiga suya sudafricana) y nos vimos en el backpackers que ya se había convertido en nuestra casa. Como era tan pequeño y éramos los unicos huéspedes daba la sensación de que estábamos en un pisito compartido.
Fuimos a visitar un Township (Langa), que es una especie de poblado de chabolas donde viven los negros, y definitivamente es otro mundo. Parece ser que en Sudafrica se viven dos vidas paralelas. Dentro del Township tienen su propia comisaría, supermercado, oficina de turismo, estación de autobuses, guarderías, etc. Y no solo hay chabolas, también hay casas que están bastante bien. Hay mucha gente que ha ido ganando dinero y que se puede permitir construirse una señora casa pero que no quiere irse del Township porque les gusta la vida que llevan allí. Visitamos al curandero que nos explicó todas las enfermedades que trataba aunque necesitamos la traducción simultanea de Juan porque todavía no nos habíamos hecho al acento africano (parece que ya vamos haciendo oído...bueno, depende del día). Tenía la consulta hecha unos zorros, que si un cuerno de vaca, una pata de cordero, el rabo de una rata, pieles de animales, etc. Según él, te hacía de todo, desde curarte un cancer hasta hacerte un amuleto personalizado si resulta que tu vecino te quiere matar...También fuimos a un centro en el que viven homeless y refugiados (con la crisis de Zimbabwe están llegando un montón), una vueltecita por distintos talleres de artesanía y de "wineries" a Franschhoeck, un antiguo asentamiento francés en el que hay cientos de bodegas. Catamos unos cuantos vinos bastante ricos (Juan se fue a Namibia con dos botellitas) pero como aquí a las cinco cierran todo nos quedamos con las ganas de continuar la cata.
El resto del tiempo lo dedicamos a visitar los pueblecitos de la costa y a hacer algunas compras pero la verdad es que estos Sudafricanos son bastante duritos de pelar...Claro, venimos de Asia y todo nos parece caro y ahora los pesados del regateo somos nosotros. Y otra vez el tiempo pasó volando y nos tuvimos que separar. Sniff, sniff...Juan siguió su camino hacia Namibia y nosotros volamos a Victoria Falls. A flipar con Zimbabwe!!! Pero eso lo dejo para el próximo post. Que espero que sea prontito.
Un beso muy gordo blogueros.
Muaaaaaaaaaaaaaaaaaaa.
Cuñao bienvenido!!! Te echaba de menos. Ya me han dicho que NY genial. Coke, espero impaciente tu mail. Has vuelto a desaparecer? Y hablando de desaparecidas...Alguien sabe donde esta Soumia? Ángeles mándane fotos de Cande. Rachel ¿Qué tal la boda? Bueno xiquets, lo dicho.
Os quiero mucho.
Muaaaa!!!

miércoles, 16 de julio de 2008

Invierno en Cape Town: Recuperando los kilos perdidos...





Tras pasar un día en Hong Kong y después de darnos un atracón de Dim Sum en toda regla volamos a Cape Town. Sabíamos que allí era invierno pero el shock de pasar de 40 grados a 10 en 24 horas no te lo quita nadie por muy avisado que vayas. Así que de nuevo a rebuscar en la maleta abrigo, guantes y demás.

Nos alojamos en un albergue está pleno centro, al lado de Long Street que es la calle principal. El barrio está repleto de restaurantes, tiendas de música, librerías, tiendas de segunda mano y cafés. A mi Cape Town me recuerda a Dénia, si, ya sé que suena a chiste pero es así. Al sur de la ciudad está el Parque Natural Table Mountain que es como el Montgó solo que en este caso la especulación urbanística no ha sido tan salvaje...La zona del puerto, a pesar de ser un poco turística también está muy bien. Y las playas son un pasote, muy muy chulas. Vamos, que habrá que volver en verano porque si ahora hay ambiente no quiero ni imaginármelo con calorcito. Y no veas los "chaletes" que se marcan, impresionantes. Ahora, eso si, son un poco salvajes con las medidas de seguridad, todos están rodeados de vallas electrificadas, pinchos, perros asesinos, etc. Y es que las diferencias entre clases siguen siendo enormes y claro, los negros se llevan la peor parte. No te cabe en la cabeza como en una ciudad tan desarrollada haya un importante porcentaje de la población que no tenga acceso a agua potable o que el sida sea la principal causa de muerte (30%) del pais. Aunque todo esto merece un análisis más profundo y yo no me veo muy capacitada para llevarlo a cabo así que continúo con el relato del viaje. Para conocer todos los rincones de la ciudad decidimos explorar los diferentes medios de transporte. El sábado pillamos un rikki que son como unos minibús/taxi compartidos en los que por 6 rand (unos 50 cent.) te llevan a cualquier sitio. El tío nos vio tan blanquitos y con tanta pinta de turistas que nos pidió 20. Nosotros no nos atrevíamos a plantarle cara así que con la boca pequeña le dijimos que en la tarifa ponía 6 y él erre que erre que 20. Al final el conductor, que era bastante más legal, nos hizo precio de lugareños. El domingo cogimos el metro (bueno, es un tren), tiene 1ª y 2ª. En 1ª igual te encuentras algún blanco pero en 2ª, que es donde estábamos nosotros, no había ni medio. Ese día fuimos a Observatory que es el barrio universitario con bastantes cafés y tiendas chulas. Aunque parece ser que los domingos está mucho más muerto que el resto de los días (nosotros pensábamos justo lo contrario) y de allí a pasar el día al Jardín Botánico, a unos 15 km de la ciudad. Es muy bonito aunque después de ver tanto jardín botánico me he vuelto un poco insensible y me parecen todos iguales.

Y por último el lunes alquilamos un coche para llegar al Cabo de Buena Esperanza. La carretera que conduce hasta allí es preciosa, rodea toda la costa y por el camino vas viendo animales. Paramos en una playa que había una colonia de pingüinos, comimos en la zona y por fin llegamos a Cape of Good Hope...y otra vez me recordó a la playa de Les Rotes de Dénia...En serio, se parece mucho.

Y hasta aquí mi relato de hoy, os dejo que me tengo que ir a la farmacia a comprarme alguna droga que me frene este resfriado tan tonto que he pillado. No me lo puedo creer, en pleno julio y yo con antigripales!!! Un beso blogueros!!! Nos vemos prontito. Muaaaaaaaaaaaa!!!

domingo, 6 de julio de 2008

Holly Rats...

Con el título lo digo todo. Janeke, tu consejo llegó tarde. Mamá, no se si podrás soportar ver las fotos. Al resto, si os dan no se qué los roedores absteneos de pinchar las fotos para ampliarlas.

En Jodhpur, la ciudad azul, paseamos por su fuerte (impresionante) y pasamos casi un día entero en el mercado de las especias. Tenía de todo!!! Nos compramos medio mercado. Voy a poder cocinar platos indios durante los próximos veinticinco años. De ahí nos fuimos a Bikaner pero paramos 30km antes para hacer una de las cosas más asquerosas que he hecho en mi vida (Tal vez la más asquerosa); Visitar Karni Mata Temple. Oh my god!!! Ahí si que necesité un ejercicio de mentalización. A pesar de los 40º a la sombra yo iba con unos calcetines bien gorditos ya que tienes que quitarte los zapatos antes de entrar y con la de cacas de rata que hay da una grima!!!Una vez dentro alucinas. La gente está tan tranquila sentada al lado de las ratas, besando el suelo y dándoles de comer y ellas tan felices corriendo a sus anchas. Había una albina que por lo visto da mucha suerte y todos se empeñaron en que le hiciera una foto. Al final me tuve que meter en medio de ¿200 ratas? y fotografiarla para que se quedaran tranquilos. Pero lo peor estaba por llegar. Había que entrar a un cuartito con una especie de altar que es donde se hacían las ofrendas y ahí, en un espacio cerrado había como otras cien. Yo hice tres intentos y en el último por fin conseguí entrar pero es que daba muchísima impresión. Me fui de allí con el estómago revuelto y una duda sin resolver: ¿Cómo controlan el tema de las ratas sin que se les vaya de las manos? Es decir, si son sagradas no se podrán matar pero con lo fácil que se reproducen, y más si están en un hotel de cinco estrellas como ese, llegará un momento en que haya infinitas ¿No? No sé, si se os ocurre algo...

Tras media horita de coche llegamos a Bikaner donde encontramos el hotel más chulo de todo Rajasthan. Super bonito!!! Y 10 euros que costaba la habitación!!! Bikaner es mucho menos turística y la gente es encantadora. Visitamos la ciudad antigua de la mano de un chavalín que quería practicar su español ("Esto casas vieja lleno de paloma") y pasamos una noche en el desierto. Hicimos una travesía en camello de unas dos horas (yo no he pasado tanto calor en mi vida) y acampamos en medio del desierto. Por la noche hacía una temperatura super agradable con brisa y tal pero no pegamos ojo porque la colchoneta era durísima y los camellos no pararon de dar la lata. Uno de los camelleros se dedicó a estornudar, toser y sonarse los mocos con las manos, y claro, ante ese derroche de microbios servidora tuvo que pasar un día en cama probando los potingues-milagro que habíamos comprado en el mercado de las especias de Jodhpur.

Así que de Mandawa, el último pueblo que visitamos, no os puedo contar nada. Sólo que la habitación era bastante bonita y que era nuestro punto final en la ruta de Rajasthan.

De ahí volvimos a Delhi, la locura. 80.000 claxons sonando a unísono cada segundo y muuuuucha, muuuucha gente. Visitamos la zona pija y como todas las zonas pijas de estos países parecía que habíamos cambiado de ciudad. Hicimos algunas compritas, un poquito de turismo y a recoger todo que nos vamos a África!!!

Victor ya ha salido, yo tengo el vuelo a las 3 de la mañana así que todavía me quedan unas horitas para que me sigan felicitando por el triunfo de Nadal (deben pensar que es familiar mío porque no es ni medio normal la efusividad con la que me felicitan).

Nos ha encantado la India. Volveremos algún día (les dejaremos un par de añitos para que la limpien un poquito, sólo un poco) y, eso si, elegiremos otra época menos calurosa para poder disfrutarla a tope.
Nos espera un largo viaje ya que no llegaremos a Capetown hasta el miércoles.
Pasadlo muy bien blogueros.
Nos vemos en Sudáfrica.
Muaaaaaaaaa.

Amanecer en el desierto.
De compras en el mercado.
En Jodhpur, la ciudad azul.
De paseo por el desierto. A mi me recordó al toro mecánico y me metí en situación...
El hotel de Bikaner que era chulísimo.
Puajjjjjjj!!!
Holy rats comiendo leche con krispies...
El último día en el hotel de Mandawa. Reposo y pócimas indias para el resfriado.