Cuánto tiempo sin escribir!!! Ya tenía yo ganas!!! Pero es que no hemos parado ni un segundo, además he pillado mi primera pirrilera y he estado un poco floja. Oh my god!!! Hoy estoy muertita, no os lo podéis ni imaginar.
Esto de escribir el blog sin saber como queda es un bastante extraño. Ya me han comentado que queda todo un poco desordenado. Paciencia bloggers, en cuanto salgamos de China todo volverá a la normalidad (o no…).
Llegamos a Shanghai y nos costó Dios y ayuda encontrar el hostel. Otra vez ni papa de inglés y eso que nos aseguran que aquí hay mucha gente que habla inglés…No debimos coincidir con ellos. Organizamos maletas, comimos algo, paseo para inspeccionar la zona y a la cama prontito que tocaba madrugar al día siguiente.
A las nueve de la mañana recogimos a la China Mayol en el aeropuerto. Qué ilusión!!! En Shanghai con mamá!!!
- "¿Estás cansada?"
- "No"
Ufffffffff, Charo, deja de mandarle energía por Reiki y mándanos un poquito a nosotros que estamos derrengaos. Menudo tute, no paramos desde el minuto uno.
Shanghai nos ha encantado. Es muy cosmopolita (si, esto suena un poco topicazo pero no se me ocurre otra palabra), con zonas muy diferentes y grandes contrastes (más que los de Hong Kong). Además, hemos tenido unos cicerones de excepción; Gracias Natalia y Marcelo por enseñarnos hasta el último rincón de Shanghai.
Paseamos por el Bund, recorrimos mercados en los que éramos los únicos occidentales, nos perdimos por el Yu Garden, flipamos con los rascacielos que se gastan, cruzamos el rio Huangpu (pronunciado juanpu, como el jefe de Marta…), me vi tan metida en la city que estuve a punto de hacerme un corte de pelo en plena calle. Al final se me pasó el calentón y me dio miedo…Mi zona favorita, la Concesión Francesa. Son todo callejuelas con casas bajas, jardines, restaurantes y tiendas muy muy chulis. A veces daba la sensación de que habías cambiado de ciudad, de país e incluso de continente.
Empezamos a conocer un poco más a los chinos y…Sorpresa!!! Los chinos son unos jashondos!!! Todas las mañanas, a eso de las 7 se reúnen en el parque para hacer Taichi para empezar el día con energía. Y por las noches baile. Todos al parque a bailar!!! No importa la gracia que tengas, la edad, sexo o condición social. Es más, no importa el tipo de música que esté sonando, Cada uno baila lo que quiere y como quiere. Vamos que yo aquí sería la reina…Daba muy buen rollo eso de verlos bailar tan relajados sin importarles nada.
Descubrimos también que el pijama es una prenda imprescindible en Shanghai. Si no hemos visto a 2.000 personas en pijama no hemos visto a ninguna. Que tienes el día tonto y no sabes qué ponerte? No pierdas ni un segundo, a la calle con lo puesto. Rosa, eso ya lo debías saber tú por eso me regalaste ese camisón tan mono.
Y claro, las compras no podían faltar. A la china mayol se le iban los ojitos cada vez q se nos acercaban con catálogos de falsificaciones. Al final nos dejamos guiar por una "personal shopper de la calle" y nos llevo a ¿Unas veinte tiendas? Tiendas por llamarlas de alguna manera. Era super friki, te llevaban por callejuelas de esas que piensas: "de aquí no salimos". Te metías en un antro y después de atravesar escaleras del año pun y habitaciones repletas de chinos sorbiendo noodles aparecía una megatienda con lo último de lo último. Desde palos de golf hasta colecciones completas de todas las series de éxito pasando por bolsos, maletas, relojes, zapatos, gafas. Vamos, para mandar un contenedor a España. La tarde estuvo de lo más entretenida, eso si, acabamos con dolor de cabeza de tanto regateo. En algunas tiendas te hablaban español porque decían que tenían tanta clientela española que habían aprendido a marchas forzadas (mira que somos piratas).
Con la comida nos vamos defendiendo aunque todavía no nos hemos atrevido con el perro. Agggg! Sólo de pensarlo!!! De la mano de Marcelo probamos un tofu cuya traducción sería algo así como "tofu apestoso" (imaginaos) y no estaba mal. Ahora, el olor era para vomitar.
Cansados de tanta city y de nuevo junto a Natalia y Marcelo hicimos una excursión a Zhouzhung, "la Venecia china". Un pueblecito lleno de canales y góndolas bastante turístico pero como la mayoría de turistas son chinos nos sentíamos los únicos. Estaba a sólo una hora de Shanghai y mereció la pena porque nos encantó.
Tras cinco días nonstop (Víctor no da crédito con la china mayol) salimos rumbo a Beijing. China Mayol, no desveles ningún dato sobre Pekín que lo contaremos en el próximo post.
Os mando un beso muy muy gordo.
Os quiero mucho.
Muaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa.
4 comentarios:
Chica,
De tanta práctica te estás volviendo una super cronista de viajes. Por un momento me he trasladado a china. Muy bien contado todo. Me mola lo del taichi y lo del baile en el parque, y debo confesar que también lo de salir en pijama a la calle. En Shangay baby, ella iba alguna vez también a cenar al barrio francés a los chalets y jardines. Y también daba un poco la sensación de que cada uno tenía su ritmo en la ciudad.
Besos, que me llaman,
Marta
chacha qué estres, he leído este apasionado post desde la biblioteca, metido en el silencio de una tarde de paz intelectual... vamos, que me has puesto las pilas,
hala, un beso, a seguir
Madre mía Helen, qué ritmo, tu madre es una caña!! Ya lo dicen !! "de raza le viene al galgo" (del prestigioso y reconocido Refranero Español) porque tú tamibién eres bastante incombustible, menos mal, porque yo creo que moriría... dime que no estáis saliendo por las noches!!
Muchos, muchos besos. Esperamos ansiosos la siguiente entrega.
Rous
Hola Elena. Yo soy Cristina, una vieja amiga de tu hermano Juan del que hace tiempo perdí la pista. He puesto vuestro apellido en Google y has aparecido tú.
¡Enhorabuena por el viajazo!! Súmame a tu lista de envidiosos perezosos. Y, ¿podrías decirle a Juan que me escriba a cristina.afolgueras@unileon.es? O que ponga mi nombre en google.
Bueno, si el viaje te deja tiempo.
Muchas gracias y a seguir disfrutando.
Publicar un comentario